Entre los símbolos empleados por los cristianos primitivos, el del pez es posiblemente el de mayor importancia. Aunque el uso del pez en el arte pagano primitivo como un signo netamente decorativo es antiguo y constante, la referencia escrita más antigua del símbolo del pez es de Clemente de Alejandría, nacido alrededor del 150, quien recomienda a sus lectores (Paedagogus, III, xi) el grabar sus sellos con una paloma o un pez. Clemente no consideró necesario dar una explicación para esta recomendación, por lo que podemos con toda seguridad concluir que el significado de ambos símbolos era conocido. De hecho, por algunos monumentos sabemos que el símbolo del pez era conocido para los cristianos mucho antes que el famoso alejandrino naciera. En monumentos romanos tales como la Capella Greca y las Capillas del Sacramento de la catacumba de San Calixto, el pez era utilizado como un símbolo en las primeras décadas del siglo segundo.
El símbolo como tal pudo haber sido inspirado por la multiplicación milagrosa de los panes y peces o por la comida de los siete Discípulos luego de la Resurrección, en las orillas del Mar de Galilea (Jn. 21:9), pero su popularidad entre los cristianos se debió principalmente, al parecer, al famoso acróstico compuesto por las iniciales de cinco palabras griegas que forman la palabra pez (Ichthys), palabras que describen de forma breve pero clara el carácter de Cristo y su pretensión con respecto a la fe de sus creyentes: Iesous Christos Theou Yios Soter, es decir, Jesús, Cristo, Hijo de Dios, Salvador. (Ver el discurso del Emperador Constantino, "Ad coetum Sanctorum", c. xviii.) Es probable que esta fórmula cristiana haya tenido su origen en Alejandría, y que haya sido propuesta como una protesta contra la apoteosis de los emperadores. En una moneda de Alejandría del reino de Dionisio (81-96), este emperador es llamado Theou Yios (Hijo de Dios).
Entonces, la palabra Ichthys, así como la representación de un pez, tenía para los cristianos un significado de máxima importancia. Era una breve profesión de fe en la divinidad de Cristo, el Redentor de la humanidad. Los creyentes en este Ichthys místico eran ellos mismos "pequeños peces," de acuerdo con el conocido pasaje de Tertuliano (De baptismo, c. 1): "Nosotros, pequeños peces, tras la imagen de nuestro Ichthys, Jesús Cristo, nacemos en el agua."
La asociación de Ichthys con la Eucaristía se encuentra fuertemente manifestada en el epitafio de Abercio, el Obispo de Hierópolis en la Frigia del siglo segundo (ver Inscripción de Abercio), y en el epitafio más reciente de Pectorius de Autun. Abercio nos dice en el monumento mencionado, que en su viaje desde su casa en Asia hacia Roma, en todos los sitios que pasó, recibió como comida "el Pez del manantial, el grande, el puro," así como "vino mezclado con agua, junto con pan." Pectorius también habla sobre el Pez como una deliciosa fuente de alimento espiritual proveída por el "Salvador de los Santos." En los monumentos eucarísticos esta idea se expresa pictóricamente de forma repetida. La comida frente a los asistentes a banquetes es, de forma invariable, el pan y el pez en dos platos separados. El significado característico dado al pez en esta relación se manifiesta claramente en frescos antiguos como la escena del Fractio Panis en el cementerio de Santa Priscila, y los peces sobre el pasto, cerca de la canastas conteniendo pan y vino, en la cripta de Lucina. (Ver Simbolismo de la Eucaristía).
El símbolo del pez, sin embargo, no era representado exclusivamente junto con símbolos de la Eucaristía. Frecuentemente se encuentra asociado con otros símbolos tales como la paloma, el ancla y el monograma de Cristo. Los monumentos en los cuales también aparece, desde el primer siglo hasta el cuarto, incluyen frescos, esculturas, anillos, sellos, vasijas doradas, así como la enkolpia de varios materiales. El tipo de pez mostrado no requiere de mayor mención, excepto que, desde el siglo segundo, la forma del delfín se utilizó frecuentemente. Se presume que la razón de esta selección en particular es que, dada su estima popular, al delfín se lo consideraba como un amigo del hombre.
Además de los frescos eucarísticos de las catacumbas, un número considerable de objetos con el símbolo del pez han sido preservados en varios museos europeos. Uno de los más interesantes, por estar agrupado el pez con varios otros símbolos, es una gema tallada que se encuentra en el Museo Kircherian de Roma. A la izquierda encontramos un ancla en forma de T, con dos peces debajo del travesaño, seguida por una cruz en forma de T con una paloma en el travesaño y una oveja al pie, otra cruz en forma de T como el mástil de un barco, y el Buen Pastor llevando en hombros a la oveja perdida. Además de estos símbolos, las cinco letras de la palabra Ichthys están distribuidas alrededor del borde. Otra gema antigua tallada representa un barco sostenido por un pez, con palomas posadas sobre el mástil y la popa, y Cristo en las aguas rescatando a San Pedro.
Luego del siglo cuarto, el simbolismo del pez gradualmente desapareció. Las representaciones de peces en fuentes bautismales y en copas bautismales de bronce, como las encontradas en Roma y Trier, ahora en el Museo Kircherian, son simplemente de carácter ornamental, sugeridas posiblemente por el agua utilizada en el bautismo.
MAURICE M. HASSETT
Transcrito por Mary y Joseph P. Thomas
Traducido por Carlos Abraham Rodríguez